Implantes faciales
Se trata de un conjunto de materiales de distinta naturaleza que tienen como objetivo aumentar el volumen de los labios, rellenar arrugas y depresiones cutáneas.
Desde el punto de vista de su utilidad clínica, podemos clasificarlos en implantes reabsorbibles y no reabsorbibles, de los cuales existen en el mercado múltiples variedades. En nuestro centro permanecemos atentos e incorporamos a nuestros protocolos habituales de uso, aquellos implantes que reunan los siguientes requisitos:
- Máxima seguridad y tolerancia.
- Adecuarse al lugar donde va a alojarse el implante ( mejillas, frente, labios…) y a que profundidad se va a alojar ( supraperióstico, subcutaneo, intradérmico…).
La tendencia generalizada en la práctica medico-estética es la de decantarse por implantes reabsorbibles pues se adaptan mejor al proceso de envejecimiento natural de la persona ya que no es posible predecir a largo plazo lo que va a ocurrir con un implante en el devenir del tiempo. Además, presentan menos complicaciones y tienen un manejo más sencillo.
Inicialmente se procederá a la evaluación de cada caso con el fin de poder aconsejar el implante que mejor se adapta a sus necesidades.
Aquellos implantes que tengan un potencial riesgo alergogénico, se procederá a la realización de un test de alergia previo.
La mayoría de las veces, principalmente al rellenar arrugas finas, no es necesaria la anestesia. Sin embargo, en ocasiones es necesario realizar anestesia local.
Una vez puesto el implante se procede a un masaje concienzudo de la zona con el fin de distribuir adecuadamente el material implantado.
Los días posteriores a la intervención pueden aparecer algunas molestias como picor, ligero enrojecimiento o hinchazón.
En todos los casos y en mayor o menor grado en función de la localización, cantidad y tipo de material implantado, existirá la sensación del cuerpo extraño que irá desapareciendo con el paso del tiempo.
Como en cualquier procedimiento médico-quirúrgico en la que se introduce un cuerpo extraño en el organismo existe la posibilidad de alergia o rechazo. Los materiales que se usan en la actualidad están abalados por millones de intervenciones y en lugares tan delicados como en la cirugía intraocular demostrando su seguridad.
Con los materiales de origen animal cabe la posibilidad de que se produzcan reacciones alérgicas. Los test de alergia previos minimizan los riesgos.
Con los materiales de biosíntesis el potencial alergogénico es despreciable y no hace necesario el test de alergia.
En los casos en los que realizamos anestesia tenemos que tener presentes los riesgos que entraña el uso de anestesicos locales y de los que debe ser informado.
Desde el punto de vista estético, el mayor riesgo consiste en la migración del implante. Para evitarlo, siga las instrucciones del cirujano.
- Aplicar hielo a intervalos durante 48 horas si hay inflamación.
- No alarmarse en caso de hinchazón, puede durar hasta 6 semanas.
- No tomar aspirina o fármacos que contengan salicilatos durante 2 semanas.
- Evitar al máximo gesticular (sobretodo fumar) durante 10 días, si es posible claro.
- No exponerse a los rayos solares o a las lámparas de rayos U.V.A. durante 6 semanas.
- Masajes y terapias varias serán indicadas por el cirujano.